martes, 26 de marzo de 2013

Fantasia Lésbica (parte II)






En su mano apareció un gran consolador, uno de esos que el tamaño asusta un poco, yo me quedé flipada, pero me gustó la idea. En la bolsa había para elegir todo tipo de aparatos, consoladores, vibradores, esposas, consoladores dobles y también había uno que en cuanto lo vi me gustó más que los otros, un consolador para usar dos chicas a la vez. Me flipó!!!

Ella al ver mi cara me dijo que podíamos usar lo que quisiera y yo le propuse cada una elegir uno y usarlo con la otra, el mio podíamos dejarlo para el final.

Yo me decanté por uno muy bonito de color rosa fucsia y ergonómico, no tenia ninguno de esos así que nunca lo había probado, se lo dí y ella me dijo que muy buena elección, sonriendo me puso de rodillas agarrada al cabecero de la cama y yo me dejé hacer. Empezó a acariciarme desde el cuello  fue bajando haciendo eses hasta mi culo, me sentía en la gloria, se notaba que quería darme placer y sabía cómo hacerlo. No tardó en pegar su cuerpo al mío desde atrás , podía notar sus pezones duros se frotaba tímidamente contra él , me acariciaba con su propio cuerpo el mío, con sus manos empezó a recorrer mis pechos muy suavemente, rozándolos solamente haciendo que mi cuerpo deseara de una vez que me los acariciara, los chupara, los lamiese, los succionase, estaba poniéndome a novecientos mil.
No lo hizo, se limitó a pasarme el consolador rosa entre mis nalgas rozando de vez en cuando con mi coño, húmedo ya a más no poder, me empapaba con mis fluidos el trasero y seguía hacia mis nalgas. Cuando menos me lo esperaba lo introdujo en mi coñito logrando sacarme un tímido gemido que se hizo más fuerte cuanto más fuerte lo introducia ella.
Me agarraba un pecho a la vez, me lo apretaba y aflojaba a la vez que metía el consolador, luego aprovechando cuando yo gritaba y abría mi boca me agarró del cuello para girar mi cabeza y  metió su lengua hasta la garganta revolviendo todo el interior de ella, lo que me puso ya tan sumamente cachonda que me dejé llevar para alcanzar mi gran deseado orgasmo provocado por una chica.

Fue entonces cuando se paró de repente, lo sacó y dejándome a medias en mi placer me dio la vuelta mirándome lascivamente y sujetando con su otra mano el juguete elegido por ella. Lo miré, lo agarré y sonriendole la tiré encima de la cama, abrí sus piernas, le pegué una buena lamida al consolador aunque no hiciese falta ya que su coñito rezumaba y lo puse encima de su clítoris presionando un poco, luego comencé a moverlo en horizontal de forma que se lo rozase bien, a veces lo bajaba hacia su coñito como para metérselo pero volvía a colocarlo en su clítoris.
 Mientras, acariciaba sus pezones con la otra mano, dejaba caer mi saliva en ellos y hacia círculos alrededor de ellos mientras ella se retorcía de placer, tanto que llegó a agarrar la mano que tenia el consolador para meterlo bien a dentro de su coño ansioso, llegado el momento comencé a metérselo fuerte, hasta dar en el fondo de su vagina, haciéndola gritar pidiéndome que ya no parase. Así lo hice.

Se quedó quieta un momento disfrutando de su orgasmo mientras yo sacaba el consolador doble sin fin. Era rosa, muy coqueto, media aproximadamente 29 cms, flexible pero a la vez bastante firme y me ponía!!!!

Ella seguía echada y con sus piernas todavía abiertas, lo acerqué a su coño y comencé a metérselo, me senté justo enfrente suyo y empecé a hacer lo mismo, metiéndomelo poco a poco, si empujaba me entraba a mí y a ella. Levantó la cabeza al notar que volvía a urgar en su sexo y seguidamente se incorporó para actuar ella también.
Le agarré la cara con mis manos, pasé mi lengua tímidamente por sus labios provocándola, mirándola a los ojos y sonriendo a cada movimiento que hacía alguna de las dos. Ese consolador era la caña, a cada movimiento de cadera o de pelvis por alguna de las dos partes repercutia en la contraria y así se convertía en un no parar de pequeñas embestidas, que sumadas a los demás toqueteos de pezones, lametones o succiones te hacía llegar casi al climax.

A eso queríamos llegar las dos después de varios minutos empujándonos como dos buenas zorras  así que puse mi dedo índice en mi clítoris , ella en el suyo y comenzó la masturbación a dúo, nos mirábamos, mordíamos nuestras lenguas, gemíamos, frotábamos como posesas nuestros botones del placer y nos embestíamos mutuamente, nuestros coños estaban pegados el uno al otro, nos restregabamos dejando la mojadura de una en la otra, cuando nuestros coñitos se separaban por algo dejaban un hilillo que los unían que hacía que los volviésemos a juntar. Otra de las veces rompí ese hilillo con mi dedo, quedando colgado, lo subí a la altura de mi boca y sacando mi lengua lo posé en ella para luego pasárselo a  mi compañera de juegos en un beso. Estábamos muy calientes y cachondas, nuestros cuerpos sudados resbalaban al frotarse , nuestros pezones estaban como lanzas, y nuestros coños tan mojados ..... ella se dejó llevar mientras gemía y gritaba como una perra, comencé a hacer lo mismo, el oírla me ponía más, así que yo también dejé que mi cuerpo recibiera el más sagrado placer.

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