lunes, 28 de enero de 2013

miércoles, 23 de enero de 2013

Dime








                        Dime un secreto tan sucio que te encienda sólo admitirlo.

viernes, 18 de enero de 2013

Soy tu sumisa


Cuántas veces con nuestra pareja jugamos a sexo? Pues una de esas veces en mi caso fue hacer lo que él quisiera conmigo a condición de que otra vez lo haría yo con él.

- Quiero que te pongas ropa sexy para mi, me dijo.

Yo soy una chica obediente y busqué entre mis cajones un conjunto de cuero cuya parte de arriba parece un chaleco pero muy corto y muy escotado, la de abajo es un simple pantaloncito que de lo cortisimo que es deja ver parte de mis nalgas.

Me presenté delante de él dejándole algo flipado ya que también había maquillado mis ojos de negro y había revuelto mi pelo rubio y largo para parecer más deseable.

- Ufffff tú si que sabes ponerme a novecientos mil eh, me dijo algo nervioso.

- Estoy aquí para complacerte en lo que desees, contesté.

Se me acercó, me miró fijamente y cogiéndome del cuello pegó su cuerpo al mio, como si me estuviera oliendo pasó su nariz por él, me volvió a mirar y me besó apasionadamente. Dejó caer su mano hasta mi culo y apretándome una nalga me acercó aún más dejando que notara su gran erección en mi entrepierna.

Comenzó a acariciar mi cuerpo, a besarlo, a lamerlo a mordisquearlo, me deseaba en esos instantes más que nada, volvió a acercar su boca a mi oído y me dijo:

- Voy a hacer que te corras una y otra vez...

Uffff pensé yo, sólo oír esas palabras susurradas y saber que lo estaba diciendo con todas las de la ley me puso super cachonda.

Fue bajando por mi cuello hasta mi pecho con su mano, mirándome, escrutando mi mirada, abrió mi chaleco y se inclinó, acercó su cara sin tocarme, como si me estuviera oliendo, igual lo hacia, yo podía sentir ese cosquilleo que precede a la más mínima excitación.

Sacó su lengua lamiendo alrededor de mis pezones, pero sin tocarlos siquiera, primero deleitándose en uno y luego en otro,  dejando un rastro de saliva por donde pasaba para luego soplar suavemente y sentir ese frío en donde él había puesto su lengua.

De repente, me giró bruscamente y me puso frente a la pared, pegando mis pechos a ella, agarró mi pelo con una mano en una cola y tiró de él , mi cabeza no tuvo más remedio que girar hacia arriba y hacia un lado, el lado donde él me estaba esperando para besarme frenéticamente, como si nunca más pudiera volver hacerlo. Eso me volvió loca, tanto que pude notar como mi pantaloncito se humedecía.

Apretaba su cuerpo contra el mio, casi haciendome daño, pasaba sus manos por todo mi cuerpo a mano abierta, resoplando en mi oído, bufando, una de ellas se coló por mi entrepierna, me magreaba con fuerza, como si ya no hubiera otra noche, se puso en cuclillas y abriendo mis piernas metió uno de sus dedos ya empapados en mis fluidos hasta mis entrañas, quise gritar, pero solo salió de mi boca un gemido, me gustaba.

Con su dedo dentro de mí, me agarró con la otra mano y me volteó hacia la mesa dejando mi retaguardia al más puro estilo bandera. Sin quitar esa mano de mi espalda y su otra mano de mi entrepierna, me volvió a abrir las piernas con uno de sus pies dejando completamente expuesto mi trasero. Acercándose a mi oído, y con voz de poseído me dijo:

- Cariño, aunque ésto es lo que yo más ansío, te va a gustar, relajate....

Sin ninguna duda sabía qué pretendía en cuanto me vi en aquella mesa donde trabajaba todas las tardes con mi ordenador, también sabía que él siempre tuvo esa fantasía que yo demoraba en dársela quizás al miedo al dolor, pero también sabía que yo lo deseaba en ese mismo momento, en ese instante justo antes de sentir su polla ejerciendo presión sobre mi ano virgen.

Poco a poco fue penetrándolo, con cuidado, con mimo, pero podía oír el bufido de su respiración agitada junto con mis grititos cuando pedía un poco de tiempo antes de la siguiente presión. Por fin llegó hasta el final y comenzó el vaivén suave, acompasado y gratificante, sí y también bastante placentero para ser la primera vez.

Aferrándose bien a mis caderas comenzó el baile fuerte, procuraba no salirse mucho y sus embestidas cada vez fueron mayores, sus gemidos también, y sus sucias palabras fueron en aumento, eso hizo que me excitase muchísimo, cuando juntaba su cuerpo con el mio me apretaba un pecho con una mano, mientras con la otra me agarraba la cara forzándome a girar la cabeza, mirándome, esa mirada salvaje introduciendo su dedo pulgar en mi boca.

Seguidamente bajó su lujuriosa mano hasta mi sexo buscando mi clítoris, moviéndola, haciendo círculos sobre él, hasta hacerme llegar entre sus dedos y sus embestidas al más bestial de todos mis orgasmos, empecé a jadear y a gemir haciéndole saber que me llegaba, aprovechando para descargar dentro de mi trasero y dejando caer su cuerpo sobre el mio extenuado y agitado.

- Te ha gustado princesa?.....





miércoles, 9 de enero de 2013

Sorpresa en el ascensor







Parecía que iba a ser una buena noche, me reencontraría con todos mis amigos y compañeros del colegio, lo que no me podía imaginar era en lo que iba a acabar la noche.
Parece ser que soy un tío bastante atractivo para las mujeres aunque suelen decirme que guapo precisamente no.
Ese día me preparé para la ocasión sabiendo que iba a ser el centro de atención de algunas miradas, tanto de mujeres por saber si seguiría teniendo el mismo atractivo que en el colegio, como por los hombres que esperaban que no fuese ya ni mi sombra de lo que había sido.
Yo seguía siendo soltero, por supuesto, era una de las cosas que más valoraba de mí, y nunca tuve ninguna intención de dejar de serlo, aunque alguna mujer me haya dejado precisamente por mi falta de compromiso, pero …..a quién le importa eso.
Llegué a la cena a eso de las 21:40 en mi coche y nada más aparcar oí una voz que me llamaba desde el otro lado del aparcamiento, era Angélica, que no es por presumir , pero siempre la tuve cogiendo de mi mano ya desde los tiempos del colegio, alguna que otra vez había quedado con ella para darle lo que siempre buscó y aunque era bastante buena en la cama , no me gustaba repetir muchas veces con la misma.
La saludé sin detenerme y me dirigí rápidamente a la entrada del hotel en donde nos esperaba un chico para indicarnos donde se encontraba el comedor de la cena.
Antes de llegar al ascensor me encontré con Mercedes, un bebezón moreno y con las mismas buenas tetas de siempre, me sonrió y seguimos juntos caminando, no es de esas tías que no paran de hablar, si no de esas mucho más discretas en cuanto al habla, no en cuanto a las miradas, porque era una artista en echar miradas de esas que te ponen la polla dura.

Me quedé mirándola, perplejo, para nada pensaba que hoy sería yo el blanco de sus sucios deseos y estaba bien claro que lo era.
Me decidí a atacar y me acerqué a ella en plan seductor yo también, y mientras le desabrocha un botón de su camisa, y ella me seguía mirando fijamente, le dije:
-Creo que ésta noche tú y yo lo vamos a pasar muuuy bien.
De repente el botón de su camisa se desabrochó junto con otro más, y de su escote aparecieron un par de tetas que lo único que pedían era ser comidas, salían deseosas de que una lengua las chupara, una mano las estrujara y una polla las golpeara.
En esas estábamos cuando se paró el ascensor, allí apareció otra de nuestras compañeras de clase, era una tía un tanto tímida de aquella, y digo de aquella porque esa noche me dejó flipado. Pues bien, se percató enseguida de lo que allí estaba pasando y sin parecer sorprendida ni nada se limitó a entrar, mirarnos a los dos y dirigirse al cuadro de botones del ascensor y pulsar stop.
Echó una mirada a Mercedes y mientras se dirigía hacia ella nos miramos sorprendidos, me apartó de al lado de ella y sin decir palabra acercó su cara, sacó la puntita de su lengua y la besó suavemente, casi inapreciablemente, rozando la lengua a sus labios.
Yo que soy un tío bastante instruido en mujeres me quedé atónito ante lo que estaba viendo y en un segundo mi polla quería salir del pantalón a pasos agigantados.
Mercedes aunque había parecido flipar por aquello también, no le hizo ascos a nuestra compañera y allí mismo, delante de mis ojos, se empezaron a comer la boca la una a la otra, no había marcha atrás.
Saqué mi asfixiada polla del pantalón sin más contemplaciones y empecé a pajearme delante de las dos , que por supuesto no repararon en mi presencia ni un solo minuto.
Nuestra compañera abrió del todo la camisa de Mercedes, que ya estaba bien caliente, y apartando el sujetador poco a poco y mirándola a la cara, dejó que saltara uno de sus pezones duros como piedras, mientras Mercedes, empotrada en la pared del ascensor, no dejaba de jadear ante tal situación no prevista, siempre solía ser ella la cazadora, no la cazada.
Yo, cachondo perdido, no perdía ojo de todo lo que estaba sucediendo, la otra chica de repente me miró y sonriéndome en plan hija de puta , dirigió su lengua a ese pezón oscuro y duro que salía por el borde del sujetador, lo lamió lentamente, dejando que su lengua siguiera hacia arriba en el aire, era como si me desafiara, dejó caer un poco de su saliva en él, y entonces lo lamió en condiciones, pasando luego a succionarlo y a jugar con él. Hizo exactamente lo mismo con el otro pecho de Mercedes y cuando ya los tenia más que lamidos, los agarró los dos por debajo, juntándolos lo más posible y pasando su lengua en horizontal , primero hacia un lado y luego hacia el otro.
Mercedes no tardó en tomar la iniciativa del juego, agarró a su compañera por los hombros y la puso contra la pared del ascensor, le subió la camiseta , no llevaba sujetador, y se lanzó a jugar con sus tetas igual que había hecho su compañera de juegos, pero a ella le iba un poco más duro, más fuerte.
Yo ya no podía más así que me corrí enseguida y al oir mis gemidos, la compañera pareció despertar de un trance y se apartó de Mercedes, volvió a dar al botón del ascensor y a los dos minutos me encontré solo con Mercedes que se ruborizó al mirarme, en ese ascensor.
La imagen de las dos chicas se me quedó grabada en la retina para siempre, era lo que habia soñado que algún día me pasase y allí mismo, en un ascensor, con las compañeras de clase y en una cena de antiguos alumnos, fue la mayor con mucho de todas mis fantasías hechas realidad.
Ahora estoy deseando que pase un año para volver a reencontrarme....con las chicas.


viernes, 4 de enero de 2013

Carta a los Reyes Magos



Queridos Reyes Magos,
me gustaría pediros varios cosas, la lista no es muy larga así que espero que algo de todo esto me lo concedáis.
Ante todo salud para poder disfrutar mis regalos.
Humor, mucho humor para poder reírme de mi misma.
Trabajo, ese que no falte por favor.
Ilusión, para todo el año, no importa para qué cosas, siempre que tenga ilusión por algo me siento mucho mejor.
Imaginación, para poder seguir fantaseando sobre sexo.
Sexo, de esto mucho también por favor, es muy importante para mi.

Y ahora poniéndome frívola otros pocos de regalos más.
Un vibrador nuevo, de los dos que tengo uno ya no vibra y el otro ya cansé un poco, necesito renovar.
Un conjunto muy sexy, me gustaría uno de esos que te hacen sentir irreverentemente deseable.
Como fui buenisima sé que me lo traeréis todo. Muchas gracias de antemano.