miércoles, 27 de marzo de 2013

Semana Santa vacaciones

 
 
Estos días me voy de vacaciones así que te dejo esta frase y por favor hazme caso...ésto es lo importante


martes, 26 de marzo de 2013

Fantasia Lésbica (parte II)






En su mano apareció un gran consolador, uno de esos que el tamaño asusta un poco, yo me quedé flipada, pero me gustó la idea. En la bolsa había para elegir todo tipo de aparatos, consoladores, vibradores, esposas, consoladores dobles y también había uno que en cuanto lo vi me gustó más que los otros, un consolador para usar dos chicas a la vez. Me flipó!!!

Ella al ver mi cara me dijo que podíamos usar lo que quisiera y yo le propuse cada una elegir uno y usarlo con la otra, el mio podíamos dejarlo para el final.

Yo me decanté por uno muy bonito de color rosa fucsia y ergonómico, no tenia ninguno de esos así que nunca lo había probado, se lo dí y ella me dijo que muy buena elección, sonriendo me puso de rodillas agarrada al cabecero de la cama y yo me dejé hacer. Empezó a acariciarme desde el cuello  fue bajando haciendo eses hasta mi culo, me sentía en la gloria, se notaba que quería darme placer y sabía cómo hacerlo. No tardó en pegar su cuerpo al mío desde atrás , podía notar sus pezones duros se frotaba tímidamente contra él , me acariciaba con su propio cuerpo el mío, con sus manos empezó a recorrer mis pechos muy suavemente, rozándolos solamente haciendo que mi cuerpo deseara de una vez que me los acariciara, los chupara, los lamiese, los succionase, estaba poniéndome a novecientos mil.
No lo hizo, se limitó a pasarme el consolador rosa entre mis nalgas rozando de vez en cuando con mi coño, húmedo ya a más no poder, me empapaba con mis fluidos el trasero y seguía hacia mis nalgas. Cuando menos me lo esperaba lo introdujo en mi coñito logrando sacarme un tímido gemido que se hizo más fuerte cuanto más fuerte lo introducia ella.
Me agarraba un pecho a la vez, me lo apretaba y aflojaba a la vez que metía el consolador, luego aprovechando cuando yo gritaba y abría mi boca me agarró del cuello para girar mi cabeza y  metió su lengua hasta la garganta revolviendo todo el interior de ella, lo que me puso ya tan sumamente cachonda que me dejé llevar para alcanzar mi gran deseado orgasmo provocado por una chica.

Fue entonces cuando se paró de repente, lo sacó y dejándome a medias en mi placer me dio la vuelta mirándome lascivamente y sujetando con su otra mano el juguete elegido por ella. Lo miré, lo agarré y sonriendole la tiré encima de la cama, abrí sus piernas, le pegué una buena lamida al consolador aunque no hiciese falta ya que su coñito rezumaba y lo puse encima de su clítoris presionando un poco, luego comencé a moverlo en horizontal de forma que se lo rozase bien, a veces lo bajaba hacia su coñito como para metérselo pero volvía a colocarlo en su clítoris.
 Mientras, acariciaba sus pezones con la otra mano, dejaba caer mi saliva en ellos y hacia círculos alrededor de ellos mientras ella se retorcía de placer, tanto que llegó a agarrar la mano que tenia el consolador para meterlo bien a dentro de su coño ansioso, llegado el momento comencé a metérselo fuerte, hasta dar en el fondo de su vagina, haciéndola gritar pidiéndome que ya no parase. Así lo hice.

Se quedó quieta un momento disfrutando de su orgasmo mientras yo sacaba el consolador doble sin fin. Era rosa, muy coqueto, media aproximadamente 29 cms, flexible pero a la vez bastante firme y me ponía!!!!

Ella seguía echada y con sus piernas todavía abiertas, lo acerqué a su coño y comencé a metérselo, me senté justo enfrente suyo y empecé a hacer lo mismo, metiéndomelo poco a poco, si empujaba me entraba a mí y a ella. Levantó la cabeza al notar que volvía a urgar en su sexo y seguidamente se incorporó para actuar ella también.
Le agarré la cara con mis manos, pasé mi lengua tímidamente por sus labios provocándola, mirándola a los ojos y sonriendo a cada movimiento que hacía alguna de las dos. Ese consolador era la caña, a cada movimiento de cadera o de pelvis por alguna de las dos partes repercutia en la contraria y así se convertía en un no parar de pequeñas embestidas, que sumadas a los demás toqueteos de pezones, lametones o succiones te hacía llegar casi al climax.

A eso queríamos llegar las dos después de varios minutos empujándonos como dos buenas zorras  así que puse mi dedo índice en mi clítoris , ella en el suyo y comenzó la masturbación a dúo, nos mirábamos, mordíamos nuestras lenguas, gemíamos, frotábamos como posesas nuestros botones del placer y nos embestíamos mutuamente, nuestros coños estaban pegados el uno al otro, nos restregabamos dejando la mojadura de una en la otra, cuando nuestros coñitos se separaban por algo dejaban un hilillo que los unían que hacía que los volviésemos a juntar. Otra de las veces rompí ese hilillo con mi dedo, quedando colgado, lo subí a la altura de mi boca y sacando mi lengua lo posé en ella para luego pasárselo a  mi compañera de juegos en un beso. Estábamos muy calientes y cachondas, nuestros cuerpos sudados resbalaban al frotarse , nuestros pezones estaban como lanzas, y nuestros coños tan mojados ..... ella se dejó llevar mientras gemía y gritaba como una perra, comencé a hacer lo mismo, el oírla me ponía más, así que yo también dejé que mi cuerpo recibiera el más sagrado placer.

martes, 19 de marzo de 2013

jueves, 14 de marzo de 2013

Fantasia Lésbica (Parte I)


Una de mis grandes fantasías cumplidas. Y tuya también.

Después de varios meses recorriendo páginas de contactos y foros , la encontré, era perfecta, superfemenina, atractiva, caliente, con ganas de experimentar, con ganas de sexo, mi alma gemela vamos....

Nos encontramos en un bar de copas, nos dimos los rigurosos besos en la mejilla , yo estaba excitadísima, muy nerviosa, comenzamos a charlar y después de los primeros minutos de nerviosismo se me pasó el tiempo volando, había feeling y muchas ganas de follar.
A las dos de la madrugada y después de dos copas empezamos a coquetear la una con la otra, una mano en el muslo, una mirada, un roce en el brazo y una gran tensión sexual.
Cuando salíamos del último de los garitos, se acercó a mí, con una mano me agarró la cara y con la otra me apartó el pelo y me dijo:
- Nos vamos al hotel?.... Sacó su lengua y con ella acarició mi labio superior.
Jooodeer cómo me puso eso!!!!
- Claro, no hay problema, ya tengo ganas..
Fuimos a la parada de taxis más próxima y subimos a uno. Una vez dentro puso su mano en mi muslo y empezó a acariciarme subiendo por él hasta mi entrepierna, yo estaba poniéndome como una auténtica moto, quería mirarla a los ojos pero no podía, quería disimular ante la mirada del taxista que ya se había dado cuenta de la situación y estaba tanto o más cachondo que yo. No resistí más a sus caricias que ya subían por mi abdomen hasta mi pecho por encima de la camiseta y la miré, vi el deseo en sus ojos y ella supongo el mio en los mios, acerque mi boca a la suya, saqué timidamente mi lengua que se unió a la de ella, se envolvieron la una en la otra primero fuera de la boca hasta que ya nuestras lenguas se fundieron en un beso profundo, revolviendo todo el interior, el paladar, rozando con los dientes y metiéndolas hasta la garganta.

Oímos un "ya hemos llegado" ,  el taxista no quitaba ojo del espejo retrovisor, buscando nuestras caras y nuestras manos. Le pagamos y al salir  pudimos observar su gran erección a través del pantalón, ésto unido a lo que mi amiga había hecho me subió el cachondazo que ya llevaba a más no poder.

Una vez en el hotel, nos dirigimos al ascensor, típico sitio caliente donde se podía masticar la tensión sexual que había. Dio al botón del 6 y me miró, se acercó dejando mi cuerpo pegado a la pared y posó su mano encima de mi pecho y subiendo hacia mi cuello me besó, un beso caliente y húmedo, uno de esos que te deja las piernas temblando. Se abrieron las puertas y nos fuimos hacia la habitación, una vez dentro me dispuse a tomar las riendas, tenía que actuar o me moría del cachondazo.
La agarré del brazo y la llevé a la cama, le dí un empujón dejándola tumbada boca arriba y mirándome alucinada, me puse a cuatro patas encima de ella y saqué mi lengua acercándome a su cara, la pasé por encima de sus labios que enseguida se abrieron para recibirla. Comencé a desabrochar su blusa poco a poco, botón por botón mientras nos mirábamos y sonreíamos, aparté su sujetador dejando sus tetas al aire, sus pezones duros como piedras, agarré un pecho firmemente con mi mano y mi lengua pudo saborear ese pezón , un lametón, un apretón entre mis labios, ella gimiendo, mi respiración acelerada, sus ojos cerrados y su boca abierta, no me podía creer que lo estuviera haciendo, que me estuviera pasando y lo mejor de todo que me estuviera gustando.

Me quité mi camiseta y mi sujetador dejando que ella me mirara, una mirada de deseo, un tragar saliva por parte de ella y una sonrisa al ver su mirada por parte mía. Puso sus dos manos encima de mis tetas y empezó a acariciármelas, a hacer círculos alrededor de mis pezones, a apretarlas suavemente, me gustaba, y mucho, se incorporó y mientras iba acercando su boca a ellas mi cuerpo se tensó, mi espalda se arqueó y mi cabeza se fue hacia atrás sólo de pensar en lo que venía, su lengua en mis pezones, jugando con ellos, rascando sus dientes, succionando, chupando y lamiendo. Ufffff.

Me giró y me tiró a un lado suyo, nos quitamos los pantalones quedandonos tan solo con nuestros tanguitas, yo comencé a acariciarme suavemente los muslos y la entrepierna y ella me siguió haciendo lo mismo, mirándonos, calentándonos más y más. Ella se puso a cuatro patas encima mio y me besó el cuello, el hombro, siguió por mi pecho, lo lamia, movía su lengua frenéticamente encima de mis pezones, entonces agarré sus muslos haciéndola moverse hacia adelante, hacia mi cabeza, quedando su sexo justo encima de mi cara, abierto, sonrosado, húmedo, comencé a lamerlo lentamente, de su boca salió un tímido gemido, mis lamidas eran casi inapreciables, la estaba calentando pero bien. Mis lamidas suaves se fueron convirtiendo en lametones y mi lengua no paraba de moverse, me esforcé en hacerlo bien, como a mi me gusta que me lo hagan, hasta que comencé a introducir mi lengua poco a poco en su coño, me gustaba su sabor, me estaba excitando cada vez más y con ello convertía mis incursiones en embestidas. Ella no paraba de gemir, cada vez más fuerte, hasta que empezó a gritar más, y más seguido , supuse que estaba llegando al orgasmo y empecé a tocarme yo, cada vez con más intensidad, frotando mi clítoris con mis dedos, metiéndome dos dedos dentro,cuando ya no podía aguantar más, su cuerpo comenzó a temblar , gemía hasta que se quedaba sin aire y entonces yo me dejé llevar también sabiendo que se había corrido en mi boca.

Nos tumbamos en la cama una al lado de la otra, esperando que nuestro corazón y nuestra respiración nos dieran una tregua, nos miramos y sonreímos, nos había gustado a las dos.A cabo de un rato ella se levantó y se dirigió al armario, de allí sacó una bolsa, la puso encima de la cama, y me dijo con una sonrisa bien pícara:

- Qué te parece?