miércoles, 9 de enero de 2013

Sorpresa en el ascensor







Parecía que iba a ser una buena noche, me reencontraría con todos mis amigos y compañeros del colegio, lo que no me podía imaginar era en lo que iba a acabar la noche.
Parece ser que soy un tío bastante atractivo para las mujeres aunque suelen decirme que guapo precisamente no.
Ese día me preparé para la ocasión sabiendo que iba a ser el centro de atención de algunas miradas, tanto de mujeres por saber si seguiría teniendo el mismo atractivo que en el colegio, como por los hombres que esperaban que no fuese ya ni mi sombra de lo que había sido.
Yo seguía siendo soltero, por supuesto, era una de las cosas que más valoraba de mí, y nunca tuve ninguna intención de dejar de serlo, aunque alguna mujer me haya dejado precisamente por mi falta de compromiso, pero …..a quién le importa eso.
Llegué a la cena a eso de las 21:40 en mi coche y nada más aparcar oí una voz que me llamaba desde el otro lado del aparcamiento, era Angélica, que no es por presumir , pero siempre la tuve cogiendo de mi mano ya desde los tiempos del colegio, alguna que otra vez había quedado con ella para darle lo que siempre buscó y aunque era bastante buena en la cama , no me gustaba repetir muchas veces con la misma.
La saludé sin detenerme y me dirigí rápidamente a la entrada del hotel en donde nos esperaba un chico para indicarnos donde se encontraba el comedor de la cena.
Antes de llegar al ascensor me encontré con Mercedes, un bebezón moreno y con las mismas buenas tetas de siempre, me sonrió y seguimos juntos caminando, no es de esas tías que no paran de hablar, si no de esas mucho más discretas en cuanto al habla, no en cuanto a las miradas, porque era una artista en echar miradas de esas que te ponen la polla dura.

Me quedé mirándola, perplejo, para nada pensaba que hoy sería yo el blanco de sus sucios deseos y estaba bien claro que lo era.
Me decidí a atacar y me acerqué a ella en plan seductor yo también, y mientras le desabrocha un botón de su camisa, y ella me seguía mirando fijamente, le dije:
-Creo que ésta noche tú y yo lo vamos a pasar muuuy bien.
De repente el botón de su camisa se desabrochó junto con otro más, y de su escote aparecieron un par de tetas que lo único que pedían era ser comidas, salían deseosas de que una lengua las chupara, una mano las estrujara y una polla las golpeara.
En esas estábamos cuando se paró el ascensor, allí apareció otra de nuestras compañeras de clase, era una tía un tanto tímida de aquella, y digo de aquella porque esa noche me dejó flipado. Pues bien, se percató enseguida de lo que allí estaba pasando y sin parecer sorprendida ni nada se limitó a entrar, mirarnos a los dos y dirigirse al cuadro de botones del ascensor y pulsar stop.
Echó una mirada a Mercedes y mientras se dirigía hacia ella nos miramos sorprendidos, me apartó de al lado de ella y sin decir palabra acercó su cara, sacó la puntita de su lengua y la besó suavemente, casi inapreciablemente, rozando la lengua a sus labios.
Yo que soy un tío bastante instruido en mujeres me quedé atónito ante lo que estaba viendo y en un segundo mi polla quería salir del pantalón a pasos agigantados.
Mercedes aunque había parecido flipar por aquello también, no le hizo ascos a nuestra compañera y allí mismo, delante de mis ojos, se empezaron a comer la boca la una a la otra, no había marcha atrás.
Saqué mi asfixiada polla del pantalón sin más contemplaciones y empecé a pajearme delante de las dos , que por supuesto no repararon en mi presencia ni un solo minuto.
Nuestra compañera abrió del todo la camisa de Mercedes, que ya estaba bien caliente, y apartando el sujetador poco a poco y mirándola a la cara, dejó que saltara uno de sus pezones duros como piedras, mientras Mercedes, empotrada en la pared del ascensor, no dejaba de jadear ante tal situación no prevista, siempre solía ser ella la cazadora, no la cazada.
Yo, cachondo perdido, no perdía ojo de todo lo que estaba sucediendo, la otra chica de repente me miró y sonriéndome en plan hija de puta , dirigió su lengua a ese pezón oscuro y duro que salía por el borde del sujetador, lo lamió lentamente, dejando que su lengua siguiera hacia arriba en el aire, era como si me desafiara, dejó caer un poco de su saliva en él, y entonces lo lamió en condiciones, pasando luego a succionarlo y a jugar con él. Hizo exactamente lo mismo con el otro pecho de Mercedes y cuando ya los tenia más que lamidos, los agarró los dos por debajo, juntándolos lo más posible y pasando su lengua en horizontal , primero hacia un lado y luego hacia el otro.
Mercedes no tardó en tomar la iniciativa del juego, agarró a su compañera por los hombros y la puso contra la pared del ascensor, le subió la camiseta , no llevaba sujetador, y se lanzó a jugar con sus tetas igual que había hecho su compañera de juegos, pero a ella le iba un poco más duro, más fuerte.
Yo ya no podía más así que me corrí enseguida y al oir mis gemidos, la compañera pareció despertar de un trance y se apartó de Mercedes, volvió a dar al botón del ascensor y a los dos minutos me encontré solo con Mercedes que se ruborizó al mirarme, en ese ascensor.
La imagen de las dos chicas se me quedó grabada en la retina para siempre, era lo que habia soñado que algún día me pasase y allí mismo, en un ascensor, con las compañeras de clase y en una cena de antiguos alumnos, fue la mayor con mucho de todas mis fantasías hechas realidad.
Ahora estoy deseando que pase un año para volver a reencontrarme....con las chicas.


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