miércoles, 17 de octubre de 2012

Local Liberal ( Parte II)

Me dí la vuelta de forma que quedamos las dos una frente a la otra, le sonreí y me correspondió con otra sonrisa, giré un poco la cabeza para mirar a nuestros chicos y ella hizo lo mismo. Estaban supercachondos!!!! Se tocaban por encima del pantalón dejando ver su gran excitación. Le miré pícaramente mientras comenzaba a pasar mi mano por encima de las tetas de ella pasando la puntita de mi lengua por encima del labio superior.
A dos manos pasé por todo su cuerpo agachándome hasta ponerme en cuclillas abriendo bien las piernas, entonces me volví a girar hacia mi chico, puse un dedo en mi boca, lo chupe como buena zorra y empecé a pasarlo por el borde de mi tanga, haciendo ademán de meterlo por dentro.
Comencé a gatear por la barra hacia él mirándolo fijamente, sus ojos se salían de las órbitas, y cuando  estaba justo delante me dice:
- Jooooderrrr, eres la ostia!!!!!!
Entonces lo agarré por el cuello, lo atraje hacia mí y le dí un beso bestial, salvaje, húmedo a más no poder. Metí mi lengua que se revolvió con la de él una y otra vez. Mientras nos besábamos, me acercó y dejó sentada en la barra y él metido entre mis piernas.
Cuando ese besazo cesó nos miramos, tenia una mirada de lo más caliente, y me dijo en un susurro:
- Te quiero....
Le  miré más excitada todavía y le ofrecí una de mis sonrisas. Me dijo que mirase a mi alrededor y así lo hice, entonces pude comprobar la cantidad de gente que había acudido a ver "mi espectáculo" con la otra chica. Unos estaban mirándonos a nosotros, la chica y su pareja se estaban besando apasionadamente o mejor dicho desaforadamente calientes, otros , y no importaba cuantos ni que sexo tenían simplemente follaban.
Mientras me hacia cargo de la situación, mi chico aprovechó la ocasión para separar mi tanga y meter su dedo dentro de mí, pudimos oír un chop chop que indicaba lo mojadísima que estaba, estaba caliente, cachonda como una perra y él lo sabia.
Comenzó con su dedo a hacer círculos dentro de mí, metía y sacaba el dedo despacio, mirándome y sonriendome al ver que entraba como en un trance, me estaba dejando llevar y eso le puso como una auténtica moto.
                                   (continuará)

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