sábado, 6 de abril de 2013

Sauna húmeda o baño turco


Hace tiempo fui a un spa con unas amigas, nos hacia ilusión y así nos poníamos al día, ya que no nos vemos muy amenudo por cuestión de horarios y obligaciones.

El sitio era precioso, totalmente integrado en el paisaje, con sus piscinas, jacuzis y saunas. Algunas de ellas al aire libre entre muros de piedra y plantas , otras únicamente les separaba del exterior una cristalera.
Pasamos a hacer el recorrido entre las piscinas, las duchas, las saunas, envueltas en un albornoz que allí nos dieron mientras una amable chica nos explicaba la función de cada baño.

Entre agua caliente, chorros, cascadas y burbujeantes jacuzis nos fuimos poniendo al día y también como auténticos garbanzos, la piel de mis manos y de mis pies se fue arrugando y poniendo de un tono blanquecino nada más lejos de la imagen de salud que íbamos buscando.

Mientras mis amigas seguían charlando en las piscinas yo me decidí a probar las saunas, la que más me gustó fue la húmeda o también llamada baño turco y ahora te cuento el porqué.

Abrí la puerta de cristal y un vapor me inundó, casi no se veía nada, parecía niebla, eso ya me gustó, parecía que entraba en un mundo perdido, inhabitable e inexplorado. La tenue luz azul que había reflejo del color del gresite de la pared le daba un toque de misterio.

La estancia estaba dividida en tres partes casi inapreciables, como haciendo "eses" y a ambos lados había bancos corridos del mismo gresite de la pared.
Pues bien, pasé a la primera y me quité el albornoz quedando tan sólo con mi minúsculo biquini negro.

Puse mi albornoz a modo de almohada y me tumbé.El vapor era denso, la luz tenue y la música muy relajante. Al poco rato una gota de vapor recorrió mis muslos hacia el interior y eso hizo que mi imaginación echase a volar. Recogí con el dedo la gotita y continué acariciándome con el dedo.

Mi piel estaba húmeda por el vapor , tras varias pasadas por el borde de mi biquini decidí ir un poco más allá e introducir mi mano en él.Al hacerlo mi dedo se topó con mi clítoris abultado ya un poquito de la excitación, lo acaricié haciendo círculos hasta notarlo en toda su plenitud, no sé si fue el ambiente húmedo, el calor o que yo estaba caliente, pero la verdad es que me "entoné" enseguida, incuso me sorprendió oírme soltar algún que otro gemido.

Mi otra mano inmediatamente fue a parar a mi pecho, acariciándolo suavemente, pasando con mi dedo pulgar por encima de mi pezón erecto ya hacia un buen rato una y otra vez, al hacerlo podía sentir la grata conexión, como un latiguillo , con mi clítoris. Giré la cabeza hacia un lado y no me lo podía creer, habia un chico sentado al fondo de la sala, no me importó, al contrario, hizo que me pusiera más cachonda si cabe, me gusta sentirme observada mientras tengo sexo. Él estaba masturbándose, imagino que por la visión de una chica desconocida jugando con su cuerpo medio desnuda y gimiendo.

Esa sensación de saberme centro de su mirada hizo que rápidamente me corriera saliendo de mi boca ésta vez sí, un gran gemido que retumbó en la sala en la que estaba e hizo que saliera de ensoñación.

Un poco aturdida por la situación, me coloqué bien el biquini, me puse el albornoz y me dirigí a la puerta de salida de la sauna lo más rápido que pude no fuera a salir él a la vez, cuando ya estaba cerca se abrió de repente apareciendo entre el vapor un chico, saludé bien cortada y atravesé la puerta para reencontrarme con mis amigas.
Un agradable baño turco no te parece?




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